Veloz Destino
Todo lo que nos rodea en nuestra cuidad es arte......
una cuidad llena de expresion
Quienes somos? hacia donde vamos? y como lo hacemos? Que es lo que pretendemos lograr ser con lo que hacemos en la cotidianidad?
Estas y muchas otras preguntas le surgen al ser humano cuando se ve enfrentado al mundo, al cual pertenece, sus costumbres, su cultura, su religión, su idiosincrasia, entre muchas otras cosas. En su afán por responderse busca dentro de sí el sentido que puede dar a cada espacio y al compararlo con lo que a través de sus sentidos percibe, encuentra un mundo lleno de arte, un arte capaz de convertirse en lo bello, armónico y sutil de cada momento, de cada tiempo, de cada palabra; es decir, tratando de darle especial sentido al modo como existe.
Y esto lo trasmite, lo muestra a través de ese mismo arte, pues se concibe como que “El arte es un mensaje, un medio de expresión, una forma de contacto y de comunicación entre los hombres, tal vez anterior al lenguaje propiamente conocido (códigos, signos, estructuras semánticas)” y es la manera como lo hace palpable y latente ante los demás.
Es decir, que ese arte se convierte en lenguaje, un lenguaje cargado de sentido, que en aras del afán con el que se quiere expresar a veces no se controla, no se media solo se muestra y se entrega a los demás para que sea interpretado y tal vez mal interpretado “…posibilitando la elaboración de variados relatos, en una sucesión de alteraciones que desbordan los modos de simbolizar y prefiguran una nueva realidad, donde las nuevas imágenes discursivas, representan la huella de una manifestación cultural”.
Pero nada de esto es en vano, ni se queda estancado en el ser o en el que solo recibe el mensaje, todo esto se ve reflejado en el diario vivir, en el trascurrir, en los diferentes espacios a los cuales se acude. Tal vez en el lugar donde mas se puede percibir el manejo de sí mismo y de su mundo circundante es la calle, que busca diariamente que el sujeto se encuentre en sus cinco sentidos, pero que además haga uso de ellos, de su perspicacia, de su agilidad, de su intuición.
Pero desafortunadamente no se es consciente ni de sí mismo, ni de los espacios a los cuales confluye. Pareciese que no ve más que lo que le interesa, su mundo se cerca; solo piensa en llegar al sitio sin importar cómo y a quien sobrepase, por qué lugar lo hace, la manera como lo hace…lo importante es llegar. Aquí se deja de lado su formación, sus conocimientos de normatividad, la familiarización con los espacios, el respeto por el otro, la dinámica de ciudad y de ciudadano.
Como resultado de esta inconsciencia en la que vive el sujeto de hoy, afecta a todo y a todos a su alrededor dejando desolación, muertes, rabia, desesperación, odios, tristeza, porque su mundo se convirtió en un simple “estrés” palabra designada en la contemporaneidad para sacar en limpio las actuaciones indebidas, para recargarla con un sentido que deja sin sentido a quienes lo padecen.
Por lo anterior, es fundamental pensarse para actuar ya que “Cada lugar, expresión configura un hacer particular en la medida en que el hombre habita sus espacios interiores, se convierte en una prolongación de sus imaginarios y de la actividad propia del espíritu”. “…revitaliza el lugar que ocupa, le da un nuevo sentido al recorrido, al entorno en que se desenvuelve, genera múltiples miradas y convoca en el espacio un punto más de referencia, va al encuentro del espectador y se encuentra en el espacio público, como lugar estético, de comunicación, en donde se representa el hombre con su entorno”
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